Por Unidad de Comunicación Institucional FCE UNLP

"El envejecimiento poblacional es irreversible" - Entrevista a Héctor Calvo

 

¿Cómo surge el proyecto de investigación que usted encabeza?

- El envejecimiento poblacional es una realidad que nos está llevando por delante. Debido a la baja en la tasa de natalidad, y a los enormes avances de la medicina y la farmacología, la gente vive más tiempo. Esto genera dos situaciones. Por un lado, graves problemas para los gobiernos, que deben financiar a una población envejecida – que tiene más requerimientos de salud, asistencia social, etc. – que genera una mayor demanda de recursos públicos. Por otra parte, desde el punto de vista de la salud pública se produjo una transición epidemiológica: se ha mutado de enfermedades agudas a enfermedades crónicas, es decir, que duran mucho más tiempo, con tratamientos prolongados y costosos que muchas veces debe hacerse cargo el Estado. Entonces, la gran pregunta es ¿cómo va a hacer la economía y los países para financiar esta realidad? Doy un dato: se produce un envejecimiento anual 2,5, con lo cual la economía debería estar creciendo a ese mismo ritmo para poder satisfacer los requerimientos de esa población. En este marco, por ejemplo, Japón ya tiene el 30% de su población por encima de los 65 años. Pero al tener una realidad económica distinta y pleno empleo puede cubrir esa situación. Argentina, en tanto, va en vías a ser un país envejecido. Este es un fenómeno que ya se está estudiando desde distintos puntos de vista. En este marco, desde la Escuela de Salud de la Facultad hemos encarado un análisis de esta problemática desde un par de ejes. Uno de ellos busca determinar cuál va a ser el marco de enfermedades prevalentes para esa población que supera los 65 años. El otro pasa por qué tipo de recursos humanos deberíamos empezar a formar para hacer frente a esa realidad. Por ejemplo, va a haber más personas que tengan 65 años que chicos que tengan menos de 15. Eso indica que haría falta mayor cantidad de fisiatras que pediatras.   

 

En este escenario ¿cuál es el desafío del sistema sanitario más allá del sostenimiento económico?

- En la cuestión económica, ya en los años 70’ aparece lo que se llama Economía de la Salud. En aquel momento, los gobiernos advirtieron que no habría recursos suficientes para atender las demandas de salud. Si a eso le agregamos que, con motivo del envejecimiento, la gente vive más tiempo se produce un mayor requerimiento poblacional. En este punto, además de lo económico, el desafío del sistema sanitario consiste en pensar cómo organizarse para hacer frente a esa realidad. Es decir, cómo deberían estructurarse los hospitales del futuro. Se van a necesitar más camas para rehabilitar capacidades perdidas que para cirugías agudas. Entonces, por un lado debe hacerse una reconversión desde el punto de vista de la formación de recursos humanos. Y en segundo lugar, cómo se prepara el sistema sanitario desde la gestión para encarar la nueva situación.

 

Usted habló sobre el 30% de la población de Japón envejecida y dijo que Argentina va camino a ser un país envejecido ¿Por qué?

- Porque para 2025 se calcula que el 25% de la población del país va a tener más de 65 años. Y si se hace esta proyección el tema se agrava. Eso indica que no tenemos mucho tiempo y se ha hecho muy poco. Por eso, la idea de trabajar proyectos de investigación centrados en esta temática busca generar propuestas de reformas educativas sobre la formación de recursos humanos y pensar formas de organizar los hospitales en función de un nuevo requerimiento. Todo esto, por supuesto, teniendo en cuenta el financiamiento. 

 

¿Cómo se deben formar recursos humanos para atender una problemática que, por lo que usted cuenta, será cada vez más importante?

- Este tema lo comenzamos en 1996, con una Maestría en Gestión de Organizaciones de Salud. En aquel momento, desde la Facultad vislumbramos que estábamos en falta con la sociedad; no estábamos formando recursos humanos que estuvieran capacitados para gestionar organizaciones de salud. Estas entidades siempre estuvieron organizadas y gestionadas con un criterio médico. Entonces hace más de 20 años que empezamos con este trabajo y ahora mucho más focalizado en esta nueva problemática. A lo largo de estos años han pasado cientos de profesionales de la salud, de la Facultad y de otras disciplinas por la Escuela de Salud, ya sea en la Maestría o en la Especialización. En estos espacios se han ido formando para gestionar organizaciones de salud. El desafío ahora es hacer frente a una población y una problemática que requiere una nueva forma de asistencia sanitaria. 

 

¿Cómo se produce una síntesis entre la mirada de la economía y la medicina sobre el sistema de salud?

- Justamente, el objetivo de la Escuela de Salud – a través de la Maestría y la Especialización – y de los trabajos de investigación que estamos haciendo es unificar ese criterio. Es decir, el criterio médico es no economicista. Esa mirada se choca con la realidad: los recursos no alcanzan. Entonces llega el momento en el que hay que tomar algún criterio para gestionar esa cantidad de recursos y darle satisfacción a la mayor demanda posible. Eso era imposible si no empezábamos a trabajar con una mirada conjunta, no solamente sanitaria sino económica, social y operativa. Por eso, de los cientos de personas que pasaron por los cursos de la Escuela de Salud un 50% es de la Facultad y la mitad restante vinieron de Medicina, Odontología, Enfermería, Ingeniería y Derecho. De esta manera, una importante cantidad de gente tomó la problemática de la economía de la salud desde el punto de vista global. 

 

¿Qué otras líneas de investigación pueden surgir del trabajo que usted dirige?

- Imagino varias líneas. Desde la economía, ver de qué forma y manera se generan recursos para hacer frente a esta nueva realidad. Por otro lado, qué tipo de recursos humanos se deben formar en la Facultad de Medicina. Pienso en médicos fisiatras, terapistas ocupacionales, fonoaudiólogos, kinesiólogos, etc. Es decir, una camada nueva, ya que son muy pocos hoy en día. Además, desde la estructura de gestión, como administrar la transición de aquellos pacientes que pasan de la fase aguda de la enfermedad a la etapa crónica. Vale decir, qué tipo de establecimientos deben generarse para que esto ocurra. Aquí aparece también la arquitectura sanitaria. 

 

¿Quién hoy tiene más de 65 años cuenta con una mayor o menor calidad de vida que hace dos décadas?

- Desde el punto de vista sanitario la calidad de vida es mejor. Hoy existen fármacos, clínicas de rehabilitación y profesionales especializados. Por otro lado está el tema del financiamiento. Ahí interviene la economía. Entonces, teniendo en cuenta esta nueva realidad, hay que trabajar mucho para fijar criterios sobre el 10 u 11% del presupuesto nacional que se destina al sistema de salud. El envejecimiento poblacional es irreversible y se va a ir acentuando. Frente a ello, hemos demorado en darnos cuenta que es un tema que hay que tratar. Y además estamos frente a un fenómeno multidisciplinario, un problema que requiere estudios y trabajos de diversas ciencias. De hecho, en el proyecto de investigación que estamos trabajando intervienen profesores de la Facultad de Ciencias Médicas. Pretendemos ensayar una aproximación al tema desde una doble visión, una médica y otra económica y de gestión.