Por Unidad de Comunicación Institucional FCE UNLP

 

¿Cuáles son los objetivos del proyecto de investigación que usted dirige?

- El proyecto de investigación que se está desarrollando desde la Maestría en Dirección de Empresas tiene por finalidad analizar la competitividad de la ciudad de La Plata. En el mundo actual, las ciudades están siendo consideradas los motores de la productividad y el crecimiento de las economías. A nivel internacional, son muchos los estudios que miden y analizan la competitividad de los países, pero son casi inexistentes los referidos a la competitividad de las ciudades. El Foro Económico Mundial, que desde hace años analiza 137 economías y se ha convertido en una referencia mundial con su Reporte anual de la competitividad global, en 2014 generó una metodología para analizar el perfil competitivo de las ciudades y su atractivo para la actividad económica. El proyecto de investigación pretende adaptar la metodología empleada por el Foro Económico Mundial para medir la competitividad de las ciudades, para poder utilizarla en la ciudad de La Plata.

 

¿Qué antecedentes presenta dicho trabajo y qué derivaciones cree que pueden surgir a futuro? 

- El antecedente directo que encontramos es el informe que elaboró el Foro Económico Mundial, donde analizó mega ciudades a nivel internacional, y con el cual intentaremos realizar un estudio comparativo. El proyecto de investigación también prevé la posibilidad de un trabajo similar al realizado en La Plata en otras ciudades del país. En lo que respecta a posibles líneas de investigación futura, más allá del análisis de la competitividad de las ciudades, es interesante hacer foco en determinados sectores de la economía que tienen alto potencial. Por ejemplo, los agronegocios, donde Argentina tiene un alto potencial y, a la vez, varios aspectos por desarrollar para mejorar y fortalecer su posición en el plano internacional.

 

¿Cuáles son los criterios internacionales que se utilizan para medir la competitividad de una ciudad?

- Hay cuatro grandes pilares de análisis. El primero es el institucional, donde se estudia el liderazgo y la visión del poder político de la ciudad, la fortaleza de las instituciones locales y la capacidad de descentralización, coordinación y colaboración entre los distintos niveles de gobierno. Además, se estudian las ventanas de oportunidades que brindan las posibles vinculaciones institucionales, para promover el desarrollo y la competitividad de la ciudad. Luego hay un segundo eje, referido a las políticas públicas y la regulación del entorno de los negocios, que tiende a destacar aspectos esencialmente locales como, por ejemplo, las políticas de tasas municipales, las regulaciones locales para la radicación de empresas o la promoción para la inversión extranjera directa, desarrollo del turismo, etc. El tercer pilar, es la conectividad dura, esto es, la infraestructura física de la ciudad, vinculada a la planificación del crecimiento, los servicios y los planes de inversión en lo que refiere a obras de infraestructuras viales, rutas, tendidos eléctricos, transporte público. En este punto también se incluyen los planes de desarrollo de parques industriales y tecnológicos. Y el último elemento analizado tiene que ver con lo que el Foro Económico Mundial llama conectividad blanda, esto es: la habilidad o capacidad que tiene la ciudad para aprovechar el capital intelectual y las ideas de sus dirigentes, y el nivel de formación y educación de su población. Aquí también se incluyen las redes de infraestructura digital y la habitabilidad de la ciudad, o sea, qué tan atractiva es la ciudad para vivir en ella, se consideran aspectos como la oferta cultural, los espacios verdes, la movilidad urbana, la seguridad, el medio ambiente, etc.

 

¿Qué vinculación existe entre competitividad de una ciudad y las políticas públicas? 

- En realidad, están estrechamente vinculadas. La competitividad, vista desde la perspectiva de las empresas que logran el éxito en los mercados internacionales, parecería que fuera una cuestión de deficiencia empresaria. Pero, las posibilidades de que compitan con éxito dependen de factores que escapan a su control directo, aquí, las condiciones del contexto en el que se desempeñan son decisivas. Es fundamental un escenario macroeconómico estable que permita la planificación a mediano y largo plazo, y políticas públicas que promuevan la inversión y la incorporación de nuevas tecnologías. El rol que juega el Estado como regulador del contexto macro y gestor de políticas públicas contribuye a la creación de un ambiente de negocios favorable y a potencializar los esfuerzos de las empresas.

 

Una ciudad competitiva ¿qué desafíos le genera en una empresa? 

- Dado el perfil de la cuidad de La Plata, con una muy buena oferta de educación superior, dotación de recursos humanos calificados, crecientes niveles de innovación y asimilación de tecnología; genera el desafío, por ejemplo, para las empresas tecnológicas, de generar vinculaciones institucionales que permitan consolidar ventajas competitivas sostenibles y constituir así, bases sólidas para la inserción internacional, en un sector donde Argentina ha comenzado a posicionarse.

 

Hace algunas semanas se dio a conocer la nueva Marca Destino de la ciudad de La Plata. ¿Este hecho, sumado a la competitividad de la que hablamos, puede definir de alguna manera el perfil de la ciudad?  

- Claramente, la competitividad de una ciudad depende en gran medida de la vinculación entre el poder político local, los centros de investigación y las empresas. Necesariamente, estos tres actores fundamentales de la sociedad tienen que trabajar en conjunto para coordinar políticas, programas y acciones concretas para la transferencia de conocimiento desde la Universidad y los centros de investigación hacia el sector productivo.

 

¿En qué consiste la competitividad, bien entendida, en el siglo XXI?  

- Se considera que una economía es competitiva cuando a través de su comercio exterior logra mejorar su bienestar interior. La competitividad entonces, sería la capacidad de una economía para alcanzar una prosperidad sostenida. Esto implica, no sólo un aumento de la productividad, del ingreso y de las exportaciones, sino que además requiere la capacidad para mejorar la calidad de vida de la población, en un marco de equidad y sustentabilidad ambiental.